Alerta cuerpo de verano: una guía para entrar al mundo fit
Si a estas alturas del confinamiento aún no has podido mantener una rutina de ejercicios que no te provoque abandonarla, habrá que relajarse y considerar que es probable que el problema no seas tú, aunque muchas veces nos gusta pensar que “fracasamos” para no construir ese cuerpo de verano que tanto queremos, y así protegernos inconscientemente de ese esfuerzo que representa el tener un compromiso férreo con nuestra salud. ¿Cómo romper con ese ciclo?
Construir un cuerpo de verano no es sencillo, pero tampoco imposible. Y para quienes han probado prácticamente de todo casi sin lograrlo, es importante tener en claro algunas cosas, sobre todo que los años recientes han sido tiempos complejos, que la salud y el bienestar es una labor integral que se construye lentamente, todos los días y de a poco. Pero quizás lo más importante es saber que la exigencia sobre nuestro tiempo y nuestro cuerpo muchas veces tiene el efecto contrario a los deseados.
¿Esto qué significa? Que tal vez ahí en donde vemos sacrificio, dieta, régimen y estricto apego a los planes pueda haber algo más a nuestra altura, unos pasos previos para llegar ahí. ¿Cómo? Quizás intentar con paciencia, tareas pequeñas y realizables, así como una observación detenida de nuestro cuerpo para saber qué es lo que nos duele, aquello que disfrutamos, qué nos causa beneficios y qué no. No es necesario un gasto grande o un esfuerzo monumental.
Así como Roma no se hizo en un día, los cuerpos de verano toman tiempo en formarse. ¿Cómo? Entrando poco a poco al mundo del autocuidado fit, el deporte, entrenamiento y el ejercicio. Pero para que éste funcione tiene que ser paulatino, lo tienes que disfrutar y debes generar un sistema para que puedas comprometerte sin abandonarlo, a tu ritmo y con los mejores resultados posibles.
Uno de los consejos primordiales es acercarse a un experto, ya que no todos los cuerpos son iguales y en ocasiones tenemos más o menos fuerza, interés, resistencia, tiempo o una predisposición apta para ciertos ejercicios y/o rutinas. Previamente a este acercamiento, lo ideal sería incorporar poco a poco al mundo fit con consciencia y una motivación firme. ¿Cómo? Preguntándote cada día que el esfuerzo (no sacrificio) que estás haciendo es por ti, por tu salud y bienestar. Toma nota:
1. Encuentra el gusto. Si bien es cierto aquellas frases que giran en torno al esfuerzo y el dolor del cuerpo como una muestra de que estás haciendo ejercicios que impactan en tu salud de forma positivo, también el que encuentres el disfrute al hacerlo se refleja al final. Hay quienes prefieren más un ejercicio que otro, unos que requieren más esfuerzo y otros que duelen más. Probarlos todos y ver cuáles disfrutas más es un primer gran punto de partida.
2. Para a tiempo. No esperes a no poder hacer una sentadilla más para parar la rutina. Antes de que tu cuerpo se canse excesivamente, detente. Primero serán espacios breves sin dolor y tal vez sin mucho cambio, pero eso te garantizará regresar mañana.
3. Incrementa de a poco. Primero diez, mañana once, la próxima semana quince repeticiones. Ir incrementando paulatinamente, a tu ritmo y con disfrute, te llevará a retos mayores, pero a la altura de tus posibilidades.
4. Encuentra tu tiempo y horario. Hay quienes sólo pueden entrenar después de su jornada laboral, pero esto les representa un esfuerzo físico y mental mucho mayor, además de que les puede generar una energía que les impida ir a la cama temprano. Al contrario, hay quienes se levantan para que el ejercicio sea lo primero que hacen al despertar, aunque esto les puede generar estrés o presión para organizar su día.
Toma en cuenta que debes encontrar tu tiempo y horario para hacer ejercicio, el cual debe ser sólo tuyo, de forma continua y con la intención de no interrumpirlo con otra actividad extra.
5. Combina y diversifica. Hoy puedes hacer pierna, pero mañana brazo, hoy lagartijas y glúteo, y con los días meter más peso y funcionales de forma ordenada. Esto evitará que te aburras, pero también contribuye a trabajar otras partes de tu cuerpo, de manera mucho más integral.
6. Intégralo a tu vida. Ejercicio en el gimnasio de tu desarrollo inmobiliario, pero también dentro de tu casa, o bien cuando optas por escaleras que elevadores, ¿qué tal ahora un alimento que distribuya mejor ese comportamiento muscular y energético? Ve integrando tus distintas rutinas a un mismo objetivo y verás que el cuerpo de verano comenzará a asomarse pronto.
7. Lleva un registro. Ten un mapeo general de los tiempos, tipos de ejercicios y comportamiento de tu cuerpo durante las rutinas. Esto te ayudará a afinar mejor la misma y ver cómo se comporta tu fuerza, velocidad, resistencia, quema calórica, estado energético y respuesta muscular.
Si bien son tiempos en los que muchos hemos perdido condición, regresar a la vida y los hábitos fit nos encaminará más pronto de lo que imaginamos a ese merecido cuerpo de verano, a la altura de nuestro bienestar físico, mental y emocional.