Mamá, de amor verdadero y calor de hogar
Como pocos valores de la vida humana, los despertados por la figura materna son en buena medida aquellos que hacen posible que las casas se transformen en hogares. Mamá es, en cierto sentido, es punto de partida que nos llevará a habitar la vida que deseamos de la mejor forma posible, con todo lo aprendido y con aquella jovialidad y fuerza femenina que caracteriza a la mayoría de las madres en el mundo, convirtiéndolas en un ejemplo de amor, resiliencia y vitalidad que se transmuta también en nuestros hijos.
Durante el último año, las reflexiones trascendentes en torno a todo aquello que nos hace seres con la capacidad de superar momentos difíciles y desafíos sin importar su índole, apuntan también a nuestra mamá como una de las figuras nodales en esta historia que nos ha encontrado como seres empáticos, unidos y enfocados.
En este sentido, mamá ha sido el eslabón que da génesis y vida a la cadena fuerte que conformamos y nos ha hecho apoyarnos los unos a los otros, uniendo esfuerzos con nuestra familia, amigos y pareja. Recordar esos días cuando éramos pequeños y los esfuerzos de nuestra madre se transformaban en alimento, cariño y cobijo, hoy rinden frutos al nosotros buscar también esos espacios y momentos vitales, potenciando y aprovechando todo lo que nos enseñó.
Dicen que los tiempos de crisis nos llevan a repensar y reevaluar las cosas, dejando del lado odio, rencores, actividades y compañías que no nos aportan más, o bien soltando la vida material y los gastos innecesarios. Esos mismos tiempos son los que nos han llevado a construir una casa propia, que sea el techo y sustento más confortable para los nuestros y construir nuestra propia historia, una en donde nuestra mamá tiene una relevancia mayor.
Consejera, conciliadora, punto de apoyo incuestionable, ejemplo de dedicación, esfuerzo y honestidad personal, mamá no sólo merece un reconocimiento que atienda a las festividades en curso, sino en todo momento, gracias a que hoy somos las personas que queremos ser, con nuestras capacidades y fortalezas, en buena medida gracias a ella.
Así que hoy que estás construyendo un patrimonio de forma libre e independiente, vale la pena reconocer a mamá, alimentando esa fuerza que es fuego, que es esfuerzo financiero, psicológico y moral, el mismo que se traduce en la forma en la que crece y evoluciona tu familia y patrimonio. Mamá es amor en tu presente, pasado y futuro.