Ni solo ni aburrido: un papá “de pelos”
Caricias, compañía, aprendizaje, diversión y mucho amor. Quien tiene la dicha de haber compartido su tiempo y espacio con una mascota sabe que la alegría es interminable y que la comunicación con los perros y gatos, incluso nos hacen mejores personas, especialmente para todos aquellos hombres que viven solos, padres solteros o de fines de semana.
Y es que si bien la vida moderna nos ha llevado a ser seres más evolucionados y resueltos con nuestra soledad, además de ocupar el tiempo de forma productiva y disciplinada, una compañía de otra especie siempre nos trae cuantiosos beneficios, incluso a nivel salud psicoemocional, biológica y bienestar social.
¿Lo habías pensado? La tendencia de los “perrhijos” y “gathijos” durante la última década ha sido la gran respuesta para miles de hombres que optan por vivir solos, padres solteros o separados, quienes por uno u otro motivo ven poco o interactúan cada vez menos con sus hijos, amigos, familiares u otros seres humanos. En definitiva, un gran alivio para la empatía humana, la planeación familiar y la salud.
Tener un pequeño gatito nos anima a comunicarnos mejor, a jugar y dispersar nuestra mente, a saber distinguir tiempos, espacios y recordar que la ternura puede venir prácticamente de cualquier parte. Por otra parte, un perro nos ayuda a tener la disciplina de ejercitarnos (salir a pasear), enseñar y aprender rutinas, así como tener horarios y saber la relación de aprendizaje de que a cada acción corresponde una consecuencia, entre muchas otras cosas.
Además de reforzar nuestros vínculos psicológicos y afectivos, una mascota puede abrirnos la puerta para interactuar y conocer nuevas personas (“oye, qué bonito perro, ¿cómo se llama?”, “¡Yo también tengo uno, sí son bien traviesos!”).
Recientemente, un estudio de la Universidad de Uppsala, en Suecia, informó que tener un perro podría mejorar la esperanza y calidad de vida de una persona soltera, impactando de forma positivo sobre su cuerpo, ya que los dueños de perros registran un nivel de actividad física mayor, además de registrar un efecto en el microbioma bacteriano -billones de microbios ‘buenos’ que viven dentro del cuerpo y que ayudan a mantenerlo sano- dentro del ser humano.
Por otro lado, una mascota implica una responsabilidad desde diferentes vías, tales como limpieza, entrenamiento, cuidado, salud y bienestar, lo que nos lleva a adquirir una responsabilidad constante, enfocándonos mejor y llevando este espíritu a otras áreas de nuestra vida. Todo de una forma suave, a su ritmo y casi siempre tierna, peluda y divertida.
Ya sea como una alternativa para aliviar el estrés, mejorar nuestra autoestima o sencillamente tener un amigo o hijo animal, incluso de otra especie (no sólo perro o gato) si vives solo la mayor parte del tiempo y deseas compañía, una mascota siempre será la opción. Dile adiós a la soledad y conviértete en un papá “de pelos”.