Cuando contratamos un crédito hipotecario, también es importante contratar los seguros que nos brindarán protección ante cualquier eventualidad durante toda la vida del crédito. La CONDUSEF dice que todos los créditos hipotecarios deben contar con tres seguros. Conoce cuáles son, así como sus características.
Para muchas personas, una de las metas más importantes es tener una casa propia. Sabemos que se trata de un compromiso de gran magnitud que nos traerá grandes satisfacciones a futuro, por ello, es muy importante que, si realizaremos la compra mediante un crédito hipotecario, consideremos los diversos aspectos que están asociados a él. Sin embargo, la mayoría de quienes solicitan uno, desconocen los requisitos que deben incluir en su presupuesto.
Cuando contratamos un crédito hipotecario ante una entidad bancaria o mediante alguna institución como el INFONAVIT o el FOVISSSTE, al momento de establecerse el pago de la mensualidad, este tipo de productos vienen acompañados de alguna cobertura, como uno o más seguros que nos brindarán tranquilidad durante toda la duración del crédito porque nos protegerán a nosotros como compradores (de daños morales), al inmueble (de algún daño material) y al banco para no sufrir alguna pérdida.
Por tratase de un compromiso a largo plazo que irá de los 5, 10, 15, 20 y hasta los 30 años, es muy importante estar conscientes de que pueden ocurrir diversas situaciones desafortunadas o eventos imprevistos que estarán fuera de nuestro control y nos afectarán no solo a nosotros, también al pago del crédito y a la propiedad que vamos a adquirir, y estos pueden ser desde: algún tipo de padecimiento o enfermedad, perder el trabajo por un despido, ser víctimas de un robo, pérdida de la vida, hasta que el inmueble padezca los daños causados por desastres naturales como temblores o inundaciones.
También es muy importante que al momento de contratar un crédito hipotecario, conozcamos a detalle en qué consistirá el esquema de aseguramiento que la institución bancaria o financiera nos ofrecerá con la contratación de la hipoteca y la protección adecuada, así como los beneficios que nos otorgarán y cuáles son las situaciones excepcionales que quedarán fuera de la cobertura, dependiendo del tipo de seguro contratado (ya sea de desempleo, de vida o de daños).
Estos seguros reducen riesgos para la institución encargada de otorgar el crédito, y garantizan que el interesado logre calificar para un préstamo en caso no alcanzar el puntaje de crédito que requiere. De hecho, la contratación de los seguros es un requisito obligatorio que solicitan las instituciones para poder otorgar un financiamiento.
Otros puntos relativos a los seguros que se deben considerar son:
El objetivo principal de un seguro es asegurar al prestamista (el banco) y al inmueble (la casa); esta es la forma como funcionan:
El seguro hipotecario es más económico que un seguro de un auto, pero las personas prefieren asegurar su automóvil antes que su casa.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), todos los créditos hipotecarios cuentan con tres seguros que son un requisito para ser candidato a recibir un financiamiento:
Todas las pólizas de seguro de banco que se incluyen en las hipotecas tienen esta cobertura, que generalmente no tiene costo. Dependiendo de la institución financiera con la se haya contratado el crédito hipotecario (ya que cada aseguradora tiene sus políticas y requisitos), se determinará a cuántos eventos se tiene derecho o el número de mensualidades del crédito amparadas (normalmente son entre 3 y 6) en caso de que el acreditado pierda su empleo y no esté en posibilidad realizar los pagos de sus mensualidades. Algunos bancos pueden cubrir hasta en 3 ocasiones distintas la pérdida de empleo durante la vida del crédito y otros solo lo harán en una sola ocasión. Es importante revisar las políticas y los requisitos.
Este seguro protege al titular y al obligado solidario del crédito ante la pérdida voluntaria de su trabajo o por despido. La gran mayoría de las instituciones bancarias hacen válida esta cobertura si la pérdida del empleo fue de manera “no intencional”. Por lo que, si se renuncia de manera voluntaria, no se podrá disponer de los beneficios de este seguro.
En caso de encontrarte en esta situación, se debe notificar al banco de manera inmediata, ya que existen plazos a los que el contratante está sujeto para dar aviso para activar el beneficio de la póliza. La CONDUSEF afirma que existe un lapso de espera o plazo para hacer efectivo el seguro de desempleo en caso de despido, y va desde los 30 hasta los 180 días, así que en caso de no reportarlo durante ese periodo, no se podrá hacer uso del beneficio.
Otros puntos que tienen relación con este tipo de seguro son:
Este seguro cubre el riesgo de fallecimiento o de invalidez total y permanente del titular del crédito hipotecario (o coparticipante), mediante la liquidación a la institución del saldo del crédito en caso de presentarse este evento, liberando de la deuda a los beneficiarios.
Generalmente, las instituciones financieras ofrecen un seguro de vida mediante una aseguradora, por lo que el cliente debe llenar un cuestionario con la finalidad de evitar cualquier rechazo en caso de una reclamación.
Este seguro tiene distintas coberturas y estas varían dependiendo de la institución financiera o del banco con el que se haya contratado la hipoteca, desde coberturas básicas hasta coberturas amplias y/o adicionales, pero este tipo de seguro tiene una limitante: la edad de sus solicitantes.
Al llegar a cierta edad, las compañías de seguros empiezan a restringir y a reservarse el derecho de admitir a personas de más de 70 años de edad por ser más propensas a padecer enfermedades que conlleven a una incapacidad total, permanente o a su fallecimiento. En México, la esperanza de vida promedio ronda alrededor de los 71 años, por lo tanto, es mucho mayor el riesgo para una aseguradora cubrir a personas de edad avanzada o con padecimientos crónico-degenerativos.
El pago de la prima del seguro de vida es determinada con base al importe original del crédito otorgado, esta cantidad puede cubrirse de forma mensual o como se haya acordado en el contrato con la institución financiera.
Existen algunas restricciones cuando se trata de montos de crédito jumbo, es decir, aquellos que van de los 5 a los 8 millones de pesos, por ejemplo, el banco puede solicitar un estudio o examen médico el alguna unidad especializada para determinar las condiciones de salud en que se encuentra el solicitante, para que la aseguradora defina si hay viabilidad para ser asegurado por esas cantidades. El monto que se haya contratado en la hipoteca será el monto por el cual serás asegurado.
Si el asegurado fallece durante la vida del crédito, la aseguradora le pagará al banco el monto que se adeuda hasta ese momento, y también le pagará al beneficiario preferente el remanente del saldo insoluto del crédito a la fecha del siniestro, sin exceder el monto inicial del crédito otorgado.
El seguro de vida cubrirá al acreditado, al coacreditado y si este se encuentra casado por bienes mancomunados, también cubrirá al cónyuge.
Las exclusiones más comunes en este tipo de seguro son:
También existe la cobertura por invalidez total o permanente:
Para realizar una reclamación, es necesario estar al corriente con los pagos del crédito hipotecario. La aseguradora tiene el derecho de practicar un examen médico al asegurado para obtener un dictamen que les permita determinar si hay un estado de invalidez total o permanente, o indagar más sobre el motivo del deceso.
Este seguro cubre los daños materiales o la pérdida total del inmueble ocasionados por fenómenos hidrometeorológicos como inundación, lluvia, huracán, granizo, viento, y de otros tipos como incendios, sismos, erupción volcánica, limpieza y remoción de escombros, gastos extraordinarios, responsabilidad civil, entre otros. Este seguro generalmente cuenta con una “cobertura de contenidos”, que consiste en asegurar el contenido propio de la vivienda: muebles, cristales, enseres, ropa, objetos personales, aparatos electrodomésticos y electrónicos.
En nuestro país los seguros de daños no vinculados a un crédito hipotecario tienen poca demanda y por eso son poco comunes, pero actualmente todos los créditos hipotecarios que se ofrecen en el mercado, deben tener esta cobertura. Las coberturas por daños y la suma asegurada dependerán de la institución financiera y de la compañía aseguradora, y deben estar amparadas por al menos el valor del crédito hipotecario y deben estar incluidas en el pago mensual dentro de las amortizaciones del mismo.
El costo de la prima se determina con base en distintas variantes:
Recuerda que, como acreditado, debes conocer todas las características de tu póliza de aseguramiento al contratar una hipoteca, las coberturas, las sumas aseguradas y la forma de reclamarlas, así como informarte de manera periódica sobre la actualización que sufra tu póliza de seguro (las coberturas y la suma asegurada).
También debes solicitar una copia del contrato del crédito hipotecario y de las pólizas de seguros incluidos para que, en caso de algún evento adverso, puedas recordar las coberturas contratadas a las que tienes derecho y las condiciones establecidas para hacerlas válidas.
Una vez que terminas de pagar tu crédito hipotecario, lo más recomendable es continuar con el mismo esquema de aseguramiento para mantener la protección para nosotros y nuestro inmueble.
Sabemos que nadie está exento de sufrir algún inconveniente, por eso, tener un seguro es tan importante porque nos ayudará a preservar nuestro patrimonio y se contratan para no utilizarlos nunca, pero son necesarios para prevenir cualquier situación que esté fuera de nuestro control.
Cuando los imprevistos se presentan, ni siquiera podemos dimensionar su magnitud y en el mejor de los casos, tendremos la fortuna de terminar el pago de nuestro crédito sin haber utilizado nunca alguno de los seguros contratados.