Ser mujer es merecer el paraíso. Invierte en tu grandeza
Los años recientes han encontrado a un mundo en plena transformación productiva, social y socioeconómica, en donde las mujeres encabezan los cambios hacia un panorama mucho más diverso, justo y con alto potencial de independencia financiera.
Sin embargo, esta no ha sido una tarea sencilla, en tanto las diferencias, inequidades y vulnerabilidades de todo tipo -principalmente en materia de salud, seguridad y especialmente laboral- aún ponen a las mujeres en la primera línea de la desventaja. Pero esto comienza a cambiar.
Y no es para menos. En México, las mujeres representan más de la mitad de la población total (52%), una fuerza productiva de más de 62 millones de personas, quienes además ejecutan tres cuartas partes del trabajo de cuidados, labores que se traducen en cerca de 5,524 mil 621 millones de pesos, es decir cerca del 24% del Producto Interno Bruto de México. Asimismo, constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado.
Además, en diversas ocasiones se ha hablado y probado de los cuantiosos beneficios y dinamismos positivos que trae a las empresas la inclusión de mujeres en cargos estratégicos, demostrando que quienes lo han hecho, hoy están por encima de sus competidores, con una productividad mayor que ha dado pauta a la diversificación y que además ha minimizado temas de burocracia, conflictos legales y de comunicación.
El escenario adverso que aún existe en el entorno de los negocios para la mujer, ha detonado también una fuerte tendencia de emprendedoras. Se estima que cerca del 59% de las mujeres, al no ver una posibilidad sólida en puestos directivos, abandona su trabajo, en busca de mejores oportunidades.
Este panorama nos habla de un escenario propicio para la inversión financiera de género, en donde temas vitales como la seguridad social, el sector inmobiliario, la administración pública o la dirección corporativa se encuentran a la cabeza.
Las mujeres están cambiando el rostro socioeconómico de México, y su lucha, empeño y esfuerzo merece no sólo el reconocimiento y un entorno mucho más justo para todos, también merecen lugares propicios para su descanso y desarrollo personal, a la altura de su tiempo y visión.
Hoy y siempre, ser mujer es merecer el paraíso. Es momento de invertir en tu grandeza.