Testamento, protección que trasciende el tiempo
Nuestro patrimonio material es fruto del trabajo, esfuerzo y empeño de toda una vida. Cuidarlos y preservarlos para cuando nosotros ya no estemos representa también un acto de amor e inteligencia que trasciende el tiempo.
Contrario a una idea popular que proyecta los bienes materiales como lujos efímeros o caprichos que se acumulan, los verdaderos bienes son una parte importante del patrimonio familiar, mismo que no toma forma de la noche a la mañana, ni en los sueños de los bolsillos más acaudalados. Autos, muebles, aparatos tecnológicos, recursos financieros, y especialmente el lugar que habitamos o el bien inmueble que adquirimos como una fuente extra de ingresos, tras el fallecimiento de su dueño original son bienes que suelen quedar a la deriva, o en el peor de los escenarios es la génesis de disputas y enconos legales entre familiares.
Y sin importar la armonía familiar o lo robusto de los vínculos afectivos, este tipo de eventualidades (pelearse las pertenencias de quien ya no está) sucede con mayor frecuencia de la que uno imagina. No por nada, desde los inicios de las civilizaciones griegas y romanas, la figura del testamento ha evolucionado de ser una costumbre social preventiva y de cortesía entre pares, a ser un signo de responsabilidad e inteligencia legal, financiera y familiar. Incluso hoy se entiende como un acto mismo de amor, seguridad y preservación para con los nuestros.
En este sentido, y con el afán de promover este instrumento tan socorrido y eficiente, desde el año 2003, en México se reconoce al mes de septiembre como el mes del testamento, promoviendo su importancia y acercando facilidades, descuentos y promociones para quien decide legar sus bienes de forma preventiva.
Sin embargo, este instrumento sigue sin ser un recurso del que echen mano la mayoría de los mexicanos, lo que deja a relucir el trabajo por hacer en materia de prevención y aseguramiento patrimonial, dejando expuestos y vulnerables de un robo, embargo o confiscación de bienes. Se perfila que en nuestro país, en promedio una de cada 20 personas adultas o mayores de 16 años cuenta con un testamento, aunque la Ciudad de México es la entidad con mayor cultura testamentaria (casi el 30% del total que hay en el país).
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, al hacer y redactar un testamento, le estamos dando órden a nuestros documentos, heredando no sólo los bienes sino también la tranquilidad a nuestros seres más queridos, sin importar el vínculo, ya que puede hacerse con trabajadores, amigos, familiares consanguíneos o lejanos, de forma personal e indistinta.
El testamento, además de legar nuestras pertenencias como un bien material a quien nosotros deseemos, evita gastos mayores, así como una pérdida de tiempo y problemas al interior del seno familiar. Esto quiere decir que al existir un testamento no hay necesidad de pasar por un juicio sucesorio intestamentario, el cual suele ser costoso, tedioso y habitualmente prolongado.
Una pregunta frecuente es: ¿Qué pasa si no hago mi testamento? Los escenarios pueden variar pero, en caso de fallecer y/o no elaborar un testamento, esto puede acarrear diversos problemas para los hijos, cónyuges o familiares en general, mismos que derivan en gastos y en un juicio sucesorio intestamentario, en donde también es necesario ejecutar una declaración de herederos y designar un albacea, quien se tendrá que encargar de hacer cumplir y ejecutar la última voluntad del testador. Y no sólo eso, ya que también se deberá hacer un inventario, avalúo y administración de los bienes de la persona fallecida.
El costo de realizar un testamento, contrario a lo que se piensa, suele ser barato en cuanto a la relación costo-beneficio que nos trae a casa. Y más aún en septiembre, ya que es en este mes en donde el gobierno mexicano impulsa una campaña robusta para incentivar el que la gente se anime a su elaboración, por lo que no será raro encontrar un buen número de notarías públicas del país que ofrecen descuentos de hasta el 50%, además de asesorías especializadas y gratuitas con horarios de atención sumamente accesibles.
En contexto, los costos actuales en torno al testamento rondan los siguientes parámetros: con un legado 1,680 pesos mexicanos, con dos o más legados 2,435. Para adultos mayores de más de 65 años, los precios son: con un legado 560 pesos y con dos o más legados 1,680.
Así como proyectamos un plan que hizo posible hacernos de nuestros viajes, coches, propiedades y bienes materiales, plantear un plan de protección futura mediante un testamento es pensar por nosotros y los nuestros hoy mismo, en el presente.
El mes del testamento suele mantener sus beneficios incluso durante todo el mes de octubre, por lo que aprovechar estas oportunidades es recomendable, sencillo y benéfico para prácticamente cualquier persona que desee hacerlo. Ante cualquier duda e inquietud para comenzar a darle forma a tu testamento, puedes acercarte de forma gratuita al Colegio de Notarios de la Ciudad de México, al teléfono 55- 55-11-18-19. Asimismo, te puedes comunicar en el resto de la República Mexicana, a través de los teléfonos: 55-55-14-60-58 y 55-55-25-64-15.