Un legado juntos: un departamento para toda la vida
Dentro de la economía familiar, el pensar en el futuro de nuestros hijos es uno de los valores más esenciales e importantes, el cual puede tener forma en ese gran empujón que papá suele dar, al lograr el primer departamento de nuestras vidas.
Y es que cuando el matrimonio es joven, si bien toda ayuda, sin importar su dimensión o forma es importante y sumamente apreciable, lo cierto es que hacernos de nuestro propio lugar para vivir es uno de los esfuerzos más determinantes y complejos a nivel financiero y vida. Y, tomando en cuenta que la inversión en un departamento de calidad, a la altura de la vida que queremos para nosotros y para nuestros seres queridos es uno de los pocos bienes realmente sólidos y tangibles, cuando nuestro padre tiene la visión de apoyarnos con una parte o todo esa propulsión inicial que nos lleve al primer departamento, es sencillamente invaluable.
Ya sea como un préstamo en el largo plazo o fruto de la unión de esfuerzos financieros solidarios, ese equipo familiar que hacemos en mancuerna con papá para lograr nuestra primera casa resulta recomendable, clave y conveniente, más aún cuando dicha suma tendrá como resultado un departamento con amenidades, conectado, seguro, espacioso y poseedor del máximo confort, ubicado en una zona estratégica como bien lo puede ser hoy en día Central Park Bosque Real.
Concebido como un legado familiar de largo aliento, el tener la oportunidad de acrecentar nuestro capital para adquirir un departamento es a su vez valorar la mejor opción en el mercado, para que esa elección sea de calidad y perdure en el tiempo, con miras incluso a que ese “regalo” se transforme en una enseñanza de vida para futuras generaciones: así como nos ayudó papá a lograr una de las principales metas de la vida en pareja, nosotros también podemos vernos motivados a hacer lo mismo por nuestros hijos en el futuro.
Esto inevitablemente, más allá de sus implicaciones técnicas, afectivas y de valores invaluables, de alguna forma también nos alivia financiera y estratégicamente, en tanto un desarrollo para nosotros, de vanguardia y con todas las amenidades superiores al alcance, es en cierto modo el soporte de una vida mucho más plena, en donde nuestro desarrollo personal, familiar, incluso laboral y en sociedad se garantiza desde la vitalidad inteligente, el lujo y el confort, potenciando una calidad de vida que nos lleva a disfrutar y ocuparnos por lo verdaderamente importante con los nuestros.
Asimismo, en términos de planificación familiar, el contar con un aliado familiar que nos brinde esa mano financiera inicial, nos alivia en ganar tiempo, ir armando nuestra casa tal y como la imaginamos y merecemos, al tiempo que libera de la enorme carga que pudiera representar los pagos iniciales o recurrentes, penalizaciones o eventuales recargos dentro de esa etapa inicial de pagos inmobiliarios.
La vida en familia no sólo son tardes inolvidables, cenas de antología, risas y lazos más allá de la sangre, también es tener un aliado vital que nos enseña desde el amor a forjar una disciplina y edificar una calidad de vida sostenible en el tiempo. Valorarla y aprovecharla es ser recíprocos con esa suma de esfuerzos en el crédito, solvencia o adquisición de un primer departamento, el cual, visto desde la oferta de Central Park Bosque Real potencia aún más una vida sana, segura y superior, gracias a uno de los desarrollos verticales más extraordinarios, con amenidades de alto nivel, en donde el lujo, la exclusividad y la comodidad dicen a cada centímetro: “gracias papá, por este legado que construimos juntos”.